jueves, 19 de abril de 2012

El necesario arte callejero del 7

Raúl se despide con unas cifras goleadoras más que aceptables // elmundo.es
Raúl González se marcha del Schalke no como llegó, como una estrella, si no como algo más, un ídolo. El 7 permanecerá eterno en uno de los estadios más modernos del mundo que ha visto golear como siempre a uno de esos jugadores que representa el fútbol más antiguo. Uno de esos exponentes que tanto necesita la afición. Alguien con el que poder verse representado sobre el terreno de juego. De esos que se desfonda en carreras en las que sabe que el premio no va a ser llegar al balón, si no alentar a la grada al empujarle en su esfuerzo. El fútbol necesita de héroes y Raúl es uno de ellos. No es casualidad que sea el máximo goleador de la Champions y que lo fuera de la Roja. Los títulos también se logran con el corazón y él lo ha conseguido donde ha ido. Todo apunta ahora a Catar o EEUU. En una liga firmaría su retiro dorado. En la otra se convertiría en jugador franquicia de algún equipo y volvería, de nuevo, a convertirse en la necesaria referencia del romanticismo de este deporte.

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